Cuáles son las etapas de la demencia senil

Etapas de la demencia senil

Es extremadamente importante para el paciente, los cuidadores o los familiares saber en qué etapa de la demencia se encuentra el paciente.

Tanto el método de comunicación como la ayuda dependen de ello. A continuación, analizaremos brevemente cada etapa de la demencia.

Demencia temprana en la demencia senil

Algunos síntomas pueden resultar difíciles de leer al principio. La dificultad para absorber nueva información puede percibirse como una reacción a la fatiga. El paciente tampoco admite sus problemas, o no parece darse cuenta de ellos.

Los médicos llaman a esta condición anosognosia, la incapacidad de estar consciente de la enfermedad. Es una condición neurológica que está fuera de su control.

Por lo tanto, el cuidador debe tener esto en cuenta y no intentar forzar nada o probar con fuerza lo contrario de lo que afirma la persona con demencia. Esto puede causar frustración e incluso agresión.

La demencia temprana es un buen momento para aprender lo más posible sobre la persona que cuidas. Cuando le gusta lavarse el pelo, prefiere la ducha o la bañera, lo que desayuna y cosas por el estilo.

De esta forma, el cuidador puede conocer la rutina del paciente e introducirla también en momentos en los que la demencia será más severa.

Esto te permite brindarle una sensación de seguridad: el orden en la casa, en el horario diario, puede neutralizar el caos en la cabeza causado por la enfermedad.

Debido a que el cerebro tiene grandes problemas para recordar información nueva en la etapa inicial, el cuidador debe tener en cuenta que el paciente hará una pregunta diez, quince o veinte veces al día.

La reacción natural en estas situaciones es la irritabilidad. Sin embargo, es muy útil responder con calma, como si la pregunta solo se escuchara por primera vez.

La irritación puede provocar un sentimiento de culpa, así como una creciente desconfianza por parte del paciente cuando la demencia se vuelve más severa.

Etapa moderada de la demencia senil

Por lo general, es en la etapa de demencia moderada que se realiza el diagnóstico; en este punto, la familia decide buscar ayuda especializada.

Este es el momento en que la persona enferma puede perder el hilo de las acciones, o las actividades que se están sucediendo, solo capta las palabras a las que se refiere durante la conversación. Por lo tanto, sus declaraciones pueden no tener mucho sentido para el cuidador.

Además, se puede observar que el paciente realiza un bucle con facilidad en la realización de determinadas actividades que ya se han realizado. Por ejemplo, siempre come cuando está en la cocina.

Sin embargo, en este momento, también puede ocurrir la inanición: el paciente piensa que ya ha comido. En la demencia moderada, el cerebro comienza a crear una realidad propia que no coincide con lo que realmente está sucediendo.

Por lo tanto, en esta etapa puede haber situaciones en las que el paciente comience a hablar de cosas que no sucedieron.

Por ejemplo, acusará de robo a un vecino, familiar u otra persona que lo visite si no puede encontrar sus llaves, pantuflas o el control remoto.

Un cerebro enfermo combina hechos de manera muy diferente a un órgano sano. Por lo tanto, el paciente puede sacar conclusiones que te parecerán muy ilógicas. En estas situaciones, es necesario mantener la calma, no señalar que el paciente está mintiendo.

Basta con tomarse un momento para encontrar lo perdido y mostrárselo a la persona con demencia. Esto seguramente podrá calmarla.

También es importante comunicarse con el paciente de la forma más sencilla posible, mostrándole preferentemente los elementos en cuestión. Lo mismo ocurre con las personas. En lugar de decir «Soy yo», es mejor decir «Soy yo, Ana, tu hija».

De esta manera, el paciente recibe la información necesaria, sin requerirlo, ya que él debería saberlo. Después de todo, este es un momento en el que la persona con demencia está muy confundida.

No es necesariamente capaz de reconocer un objeto que tiene en sus manos, y mucho menos a los miembros de su familia. Sin embargo, debe recordarse que en esta etapa de la demencia, la persona todavía está en forma.

Y no necesita a nadie más para realizar sus actividades básicas. Esto puede provocar irritación y comportamiento agresivo.

Etapa moderada tardía en la demencia senil

Aquí es donde se vuelve cada vez más difícil comunicarse con alguien con demencia. Ya no se remonta al pasado como lo hizo en la etapa anterior, vive en el presente, centrándose solo en los estímulos que, sin embargo, no pueden asimilarse en cantidades demasiado grandes.

El paciente se concentra en una cosa: el gusto, el tacto o la sensación. Por lo tanto, no es raro notar que no participa en la conversación, sino que solo se ocupa de la servilleta sobre la mesa.

También es un momento en el que vale la pena limitar los contactos. Cuantas más personas haya en la sala, menor será la posibilidad de interacción.

En estas situaciones, la persona enferma se enfrenta a demasiados estímulos, que pueden provocar reacciones extremas.

En la demencia tardía-moderada, los límites de los llamados buenos modales también se difuminan.

La persona enferma no llama antes de entrar a la habitación e incluso es capaz de arrebatarle el objeto de interés de las manos de alguien. Lo que normalmente se consideraría una falta de tacto, en el mundo de la demencia es la norma.

Ninguna reprimenda ayudará, porque el paciente actúa bajo la influencia de la enfermedad y no es consciente de su falta de contacto. El paciente también tiene cada vez más dificultades para expresarse.

El cuidador puede ver fácilmente la frustración y la creciente agresión en estas situaciones. Por lo tanto, mantener la calma puede ser de gran ayuda. Aunque la enfermedad de la mente progresa, el paciente todavía tiene mucha energía.

En algunas situaciones, generalmente relacionadas con las emociones, incluso puede levantar objetos pesados ​​con los que normalmente tiene un problema. Por lo tanto, debes tener en cuenta las diferentes circunstancias y estar siempre preparado para cualquier cosa.

También vale la pena recordar que el cuerpo de una persona que padece demencia también percibe los estímulos de manera diferente. El agua, que puede estar tibia para una persona sana, estará helada para una persona enferma.

Por lo tanto, la suavidad al lavar y un buen sentido de la observación son esenciales. Si notas frecuentes reacciones nerviosas al duchar o bañar al paciente, puedes prescindir de ellas.

Hay muchos preparativos que limpian perfectamente la piel sin necesidad de agua. Esto puede ayudar a reducir el estrés asociado con el baño.

Si te encuentras en una situación en la cual un familiar padece esta enfermedad y necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotros.

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