Un ejercicio cognitivo es una actividad que sirve para adquirir o mantener habilidades en un entorno simulado, estimulando a los participantes con Alzheimer a través de la motivación.
Las personas con demencia, gracias a este tipo de actividad, pueden entrenar funciones cognitivas (como atención, memoria, funciones ejecutivas, habilidades visuoespaciales).
A través de pequeños desafíos y reglas simples, los participantes se involucran en el logro de un objetivo común.
Estimulación cognitiva y sus beneficios
La estimulación cognitiva a través del juego es un método que se utiliza para mantener activo el cerebro. Además, es útil para limitar el deterioro de las funciones cognitivas necesarias para realizar las actividades diarias en personas con demencia.
La investigación ha demostrado que las actividades y ejercicios de estimulación cognitiva tienen efectos beneficiosos sobre el funcionamiento cognitivo de las personas con demencia en diversas áreas, tales como:
- Tiempos de reacción.
- Lapso de atención.
- Control de funciones cognitivas.
- Incremento de habilidades multitarea.
Las actividades y ejercicios, o incluso los juegos cognitivos comparten algunas características importantes entre sí:
- Actividad estructurada, con propósito y meta reconocibles.
- Adquisición de nuevas habilidades/consolidación de habilidades existentes.
- Instrucciones sencillas, claras y explícitas.
- Capacidad para medir el progreso.
- Valorización y gratificación relacionada con la tarea.
Un juego cognitivo para la persona con demencia puede representar una oportunidad de agregación y socialización en el contexto familiar, así como un tiempo para entrenar conocimientos previos o para desarrollarse.
Terapia de orientación a la realidad (ROT)
Esta terapia se puede aplicar a todos los pacientes, excepto a los que se encuentran en una etapa muy avanzada de la enfermedad.
Gracias a temas relacionados con el pasado, pero también a la actualidad, se estimula la memoria del paciente.
La terapia de orientación a la realidad busca reorientar al paciente confundido con respecto al entorno, el tiempo y su propia historia personal.
Las principales limitaciones de esta técnica consisten en la rápida caída de la eficacia al final de la propia intervención y en la ausencia de repercusiones en el nivel funcional, es decir, en el nivel de autosuficiencia.
Hay dos modos principales de ROT: formal e informal.
El ROT informal implica un proceso de estimulación continua que involucra la participación de profesionales de la salud y familiares, quienes, durante sus contactos con el paciente, a lo largo del día, brindan información repetidamente al paciente.
Desde el momento en que los miembros de la familia se despiertan, es útil comunicar información aparentemente trivial a su ser querido:
El día, la temporada, los nombres de los otros miembros de la familia. La repetición continua de la información ayuda al paciente a conservarlos más a lo largo del tiempo.
Como intervención complementaria al ROT informal, se desarrolló un ROT Formal que consiste en sesiones diarias realizadas con grupos de 4-6 personas durante las cuales un operador utiliza una metodología de estimulación estandarizada.
Terapia de reminiscencia
En el contexto de las intervenciones psicoterapéuticas, un espacio propio ocupa la terapia Reminiscencia (revisión de la vida, recordación de momentos significativos) que se basa en la tendencia natural del anciano a recordar su pasado (Memoria Episódica).
Esta terapia consiste en una intervención de rehabilitación basada en recuerdos, que estimulan la capacidad de memoria residual y evocan sensaciones placenteras. Se hace que el paciente recuerde eventos del pasado, pero también más recientes y actuales.
El objetivo de este enfoque es favorecer este proceso espontáneo y hacerlo más consciente y deliberado; en el paciente demente se utiliza para la recuperación de experiencias placenteras de la propia vida también a través de la ayuda de objetos o fotografías.
Se puede realizar de forma informal a lo largo del día o en una actividad estructurada de forma individual o en grupo.
Terapia de Remotivación
Esta terapia tiene como objetivo revitalizar los intereses por los estímulos ambientales, por otras personas y en general por la realidad circundante, estimular al anciano a relacionarse con los demás y afrontar y discutir temas contingentes.
Es especialmente adecuado para pacientes con síntomas depresivos leves y deterioro cognitivo leve y, por lo tanto, aún pueden seguir una conversación. Se puede aplicar individualmente o en pequeños grupos.
Por lo general, se implementa en sesiones cortas en las que se discute un tema de actualidad.
Entrenamiento de la memoria
Estos son ejercicios sencillos que se pueden realizar durante la fase inicial de la enfermedad de Alzheimer. Consiste en asociar personas, animales, recuerdos de la propia experiencia con aquello a recordar.
El entrenamiento de la memoria se desarrolla en dos momentos: uno estructurado, que consiste en la sesión de entrenamiento de la memoria real, y el otro no estructurado, que acompaña al paciente durante el resto del día.
Las intervenciones dirigidas a mejorar la memoria procedimental (la que preside las actividades cotidianas normales; es un tipo de memoria automática) han resultado útiles para mejorar los tiempos de ejecución de algunas actividades de la vida diaria y podrían tener efectos favorables
El uso de ayudas de memoria externas (agendas, tarjetas, olores, sonidos) también ha demostrado ser eficaz, en pacientes con enfermedad de Alzheimer leve, para mejorar la memoria para eventos personales, para citas y para promover el nivel de interacción social del paciente.
Método de validación
También forma parte de la rehabilitación cognitiva una terapia de comunicación que se basa en la aceptación de la condición del paciente que padece demencia. Se basa en una relación empática con el paciente.
Con este método no pretendemos devolver al paciente a la realidad actual, sino adaptarnos a su mundo interior para intentar comprender sus sentimientos, emociones y comportamientos. El objetivo es devolver al paciente su dignidad y dar sentido a su vida.
La comunicación con el paciente requiere que la realidad en la que vive y sus sentimientos sean aceptados, aunque estos se encuentren en un lugar lejano en el tiempo.
Se aplica al paciente con deterioro moderado o grave cuyos escasos recursos cognitivos residuales harían en vano intentos de traer al paciente «aquí y ahora».
Cabe recordar que la aplicación de estos métodos de rehabilitación, tanto a nivel territorial como en estructuras residenciales, requiere personal especialmente capacitado y entornos dedicados.
Además, como ocurre con los medicamentos, los distintos métodos no están indicados de forma indiscriminada para cada paciente y en ninguna etapa de la enfermedad.
De hecho, cuando se aplica un procedimiento de rehabilitación a una persona para la que no está indicado, puede incluso agravar los síntomas o provocar otros nuevos.
Serán los médicos especialistas y los consultores de demencia quienes evaluarán cuándo está indicada la rehabilitación y qué método de los disponibles es el más adecuado para cada caso individual.
Por tanto, es de suma importancia diseñar intervenciones específicas para cada persona, que deben tener en cuenta el tipo de demencia, etapa de evolución, síntomas, función cognitiva perdida y función cognitiva residual.
Todo esto para mantener las funciones cognitivas residuales durante más tiempo y favorecer al máximo la autonomía de la persona.
Si te encuentras en una situación en la cual un familiar padece esta enfermedad y necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotros.