¿Es normal que mi hijo reaccione con tanta intensidad?
Algunos niños se tapan los oídos con ruidos comunes, otros se niegan a ponerse ciertas ropas, o rechazan tocar materiales como arena o plastilina. Estas conductas pueden confundir y preocupar a las familias. Aunque a veces se interpretan como “manías” o “caprichos”, podrían estar relacionadas con una alteración en el procesamiento sensorial.
En este artículo te explicamos qué es la integración sensorial, cómo identificar si tu hijo presenta señales de alteración, y cómo puede ayudar la terapia ocupacional infantil.
¿Qué es la integración sensorial?
La integración sensorial es el proceso mediante el cual el sistema nervioso central recibe, organiza e interpreta la información que proviene de los sentidos (vista, oído, tacto, gusto, olfato, propiocepción y vestibular) para dar una respuesta adecuada.
Cuando este proceso no funciona correctamente, el niño puede reaccionar de forma exagerada o insuficiente ante ciertos estímulos sensoriales, dificultando su participación en actividades cotidianas.
Señales de alerta de alteración sensorial
No todos los niños con reacciones sensoriales intensas tienen un trastorno, pero si observas varias de estas señales con frecuencia, es recomendable consultar con un terapeuta ocupacional:
Hipersensibilidad (respuestas exageradas)
- Se molesta con sonidos cotidianos (secador, licuadora, timbres).
- Evita ciertas texturas de ropa (etiquetas, calcetines, ropa ajustada).
- Rechaza tocar sustancias pegajosas o sucias (plastilina, arena, pintura).
- Le disgusta que lo toquen o que lo abracen.
- Llora fácilmente cuando se le peina o corta el pelo.
Hiposensibilidad (búsqueda de estimulación)
- Busca estímulos intensos constantemente (gira sobre sí mismo, salta sin parar).
- Se golpea sin notar el dolor o necesita apretar fuerte para sentir contacto.
- Mastica objetos no comestibles.
- Tiene dificultad para detectar que se ha ensuciado o se ha hecho daño.
¿Cómo afecta esto a su día a día?
Los niños con desórdenes de integración sensorial pueden tener dificultades en:
- La escuela: problemas para concentrarse, incomodidad con los ruidos del aula, rechazo a actividades artísticas o deportivas.
- La alimentación: rechazo a ciertos sabores o texturas (alimentos blandos, crujientes, etc.).
- El juego y la socialización: evitan ciertos juegos por incomodidad física o tienen reacciones que otros niños no entienden.
- La autonomía: dificultades para vestirse, lavarse o peinarse.
¿Cómo ayuda la terapia ocupacional?
Un terapeuta ocupacional infantil, formado en integración sensorial, puede:
✅ Evaluar el perfil sensorial del niño mediante observación y pruebas específicas.
✅ Diseñar un plan individualizado con actividades reguladoras.
✅ Crear un “dieta sensorial”, es decir, rutinas y juegos que ayuden al niño a autorregularse.
✅ Asesorar a la familia y al colegio para adaptar el entorno y mejorar su participación.
🏠 ¿Qué puedes hacer desde casa?
- Observa y respeta sus límites sensoriales, sin forzarlos.
- Anticipa los estímulos: por ejemplo, avisar antes de un ruido fuerte o un cambio de ropa.
- Crea rutinas sensoriales calmantes: masajes, movimientos lentos, juegos con presión profunda.
- Usa materiales que le resulten agradables para explorar nuevas sensaciones de forma progresiva.
- Consulta con profesionales antes de aplicar técnicas más avanzadas.
No es “manía”, es una necesidad sensorial
Comprender que tu hijo no está exagerando, sino que está procesando el mundo de forma diferente, es el primer paso para ayudarlo. Con el apoyo de la terapia ocupacional, estos niños pueden aprender a autorregularse, disfrutar de nuevas experiencias y ganar autonomía.
¿Notas que tu hijo reacciona con intensidad a ciertos estímulos?
En Cuidarte Ayuda ofrecemos valoraciones personalizadas en terapia ocupacional infantil.
📞 Contáctanos hoy mismo y descubre cómo podemos acompañarte.